La infraestructura en Cali dejó de lado al peatón y al ciclista
El director del Fondo de Prevención Vial en el Valle, James Gómez, dice que falta mejorar las condiciones para el actor vulnerable de la movilidad en la ciudad por medio de la inversión en infraestructura.
Luego de 19 años de campañas educativas como La tengo viva, Entregue las llaves, El conductor elegido, Algunos animales no usan casco, Estrellas negras, e Inteligencia vial, el Fondo de Prevención Vial terminará sus labores en el país para darle paso a la recién creada Agencia Nacional de Seguridad Vial.En el caso del Valle, el Fondo terminará sus funciones en el primer trimestre. James Gómez, su director regional, resalta que en 19 años se logró reducir la accidentalidad en Cali, en parte por los controles, pero también porque hay una mayor respeto de las normas de tránsito.
¿Cuál es el balance de estos casi 20 años de funcionamiento del Fondo?
En el país, los muertos en accidente de tránsito eran de 7874 en 1995, con 2,27 millones de vehículos circulando. Había muchos muertos con poca motorización y por eso las compañías aseguradoras asumen esa responsabilidad por 19 años. Al 2012, porque las cifras del 2013 aún no están consolidadas, se bajó a 5693 muertos con 8,41 millones de vehículos rodando. El Fondo puso a hablar de seguridad vial a Colombia y a Cali. Nos vamos con la satisfacción del deber cumplido. ¿Cuánto bajó la accidentalidad en Cali? En el año 2007 tuvimos 372 personas que murieron por accidentes de tránsito, más de una persona al día, en el 2013, a noviembre, llegamos a 272, con el cierre a diciembre creemos que la cifra no superará la del 2012, que fueron de 296 muertos. De todas formas sigue siendo preocupante que 272 personas pierdan la vida así, pero las cifras van bajando. Obviamente esto no fue solo trabajo del Fondo, hay muchas entidades que acompañaron este proceso en la región.
¿Qué tanta receptividad tuvo la ciudad frente a los mensajes del Fondo de Prevención Vial?
Cali ha sido el piloto de todo: de los alcoholsensores, de los cascos, de los radares y el trabajo hecho aquí se multiplicó a otros municipios. En 1997 llegaron los primeros alcoholsensores a Colombia y Cali fue una de las ciudades pioneras en su uso. Hace 20 años la gente no salía en moto con cascos y con el Instituto Cisalva, la Secretaría de Tránsito y el Fondo se hizo el primer estudio para saber si el casco era efectivo para salvar vidas. El tema de la velocidad se inició en la ciudad gracias al primer radar de velocidad traído por el Fondo en el 2000.
¿Cree que los caleños son más responsables al momento de conducir?
Sí, hay más respeto por las normas de tránsito, aunque parezca que no es así. Hoy para muchos es indignante que la gente conduzca borracha. La ciudad tiene un panorama mucho más halagüeño en materia de seguridad vial. Lo de las fotomultas y las cámaras de velocidad es algo que ha servido mucho.Hablando de velocidad, la gente se queja de las multas y de que en una autopista no se pueda andar a 80 kilómetros por hora…Eso pasa porque no se piensa en el actor vulnerable sino en el carro y las velocidades deben ser moderadas para bajar la mortalidad en un accidente. Pero sí hay una crítica por hacer y es la falta de claridad en el tema porque usted llega a una calle y a un lado dice 30 kilómetros, a los diez metros dice 60 kilómetros y más adelante aparece una señal de 50 kilómetros, eso no es consecuente, no genera seguridad vial. Antes de irnos, el Fondo entregará al país una guía de velocidades que ayude a determinarlas tanto en carretera como en las calles de las ciudades.Las autoridades dicen que hay menos gente ebria al volante gracias a la nueva ley.
¿Qué piensa de su efectividad?
Indudablemente la nueva ley es muy buena. Esto pone en evidencia que además de las campañas, a nivel normativo la seguridad vial es importante. Pero qué sucede, que si no somos consecuentes con el control, pueden existir penas perpetuas y no pasa nada. Ahora ha estado de moda el tema y la gente está prevenida, pero las autoridades no deben aflojar los controles porque de lo contrario la gente vuelve a conducir borracha. El control debe ser permanente y ojalá Cali mantenga la medida de hacer operativos las 24 horas del día. Yo soy partidario de las sanciones, porque el control también educa.
¿Qué tanto ha mejorado Cali su infraestructura con criterios de seguridad vial?
Ese es uno de los temas neurálgicos. La infraestructura se ha hecho para los carros y se dejó de lado la de los usuarios vulnerables, el peatón, el ciclista, el discapacitado. En otros aspectos se ha avanzado muchísimo, la recuperación de la autoridad es destacable, todos los temas de control que recomienda el Fondo están siendo materializados por el secretario Alberto Hadad. Sin embargo, en infraestructura, Cali tiene una deuda.
¿Qué nos hace falta para mejorar?
El compendio de una infraestructura que integre a todos los usuarios de la movilidad de manera equilibrada y que el peatón y el ciclista tengan un espacio mucho más claro. Esto no es solo de ampliar el andén, la seguridad vial no es de anchuras, ni de rampas, tiene un tema de entornos, cómo se mueve la gente y con qué seguridad se mueve. Pero si la ciudad es oscura y en vez de haber vida comercial en el sector lo que hay es una tapia, el peatón prefiere meterse por la calle porque hay inseguridad. Yo veo a Cali enmarcada en el modelo del carro y necesitamos avanzar en uno que abrace todos los sistemas de transporte. Esto no es de ir ni en contra del carro, del ciclista o del motociclista, lo que se necesita es una infraestructura que haga que la gente se sienta bien y camine. Los estudios revelan que en Cali la gente no camina más de 400 metros (cuatro cuadras) porque las condiciones de la infraestructura no son adecuadas y el entorno es inseguro.
Hay ciudades en el mundo donde el peatón camina kilómetro y medio sin quejarse porque hay vida en la ciudad.El MÍO le transformó la cara a Cali. En seguridad vial, ¿también fue así?
En Cali avanzamos mucho con el sistema de transporte masivo. A pesar de las críticas, es de los grandes avances en materia de movilidad. Cuando ese sistema funcione de manera adecuada va a ser uno de los grandes dinamizadores de la seguridad vial porque hace parte de toda la movilidad sostenible donde la gente camina para llegar al bus. Nosotros hicimos auditoría a tres fases del sistema en los últimos seis años y casi todas las recomendaciones que dimos se tuvieron en cuenta. Sin embargo, el sistema tiene problemas de acceso a los usuarios, pero podría haber sido peor. Otra falla es que hicimos el MÍO pensando en que podía resolver todo el problema de movilidad y no dejamos espacio para las bicicletas, por ejemplo.
¿Qué tanto se avanzó con las megaobras?
En la administración pasada no hubo eco, con este gobierno ha habido más interlocución. Por eso la accesibilidad tiene muchos interrogantes, faltan ciclorrutas, el bulevar de la Avenida Colombia es un ejemplo de que nos olvidamos del ciclista.
El Valle tiene carreteras en doble calzada y con altas velocidades. ¿Es porque cumplen con todas las recomendaciones de seguridad vial?
Los vallecaucanos creíamos que teníamos una gran infraestructura porque hay vías en doblecalzada, con varios carriles, con velocidades de hasta cien kilómetros por hora, pero el estudio que entregó el Fondo en octubre, con más de 16.000 kilómetros analizados en toda Colombia demostró que el Valle está en el promedio del país, con una infraestructura poco segura, que necesita mejores condiciones. Es que las carreteras del departamento no son lo que pensamos, nos dan una falsa seguridad, pero no te perdonan los errores y por eso la gente se mata en los accidentes. Se analizaron 1173 kilómetros de vías regionales y el puntaje fue de 12,4 y el promedio nacional fue de 12,93. En la medición, una vía segura no marca más de 2,5 puntos y la ideal es de cero puntos.
Noticia publicada por el diario El País